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Mario Mora inicia su formación musical en el conservatorio de Cuenca.

Entre teclas y palabras

Mario Mora, a pesar de su provocativa juventud, no solo ha logrado ya ver hecho realidad el sueño de dedicar su vida a la música sino que ha convertido esta en vehículo que le permite exteriorizar y compartir tanto emociones como erudición. Desde su infancia en Cuenca, cuando empieza a explorar el piano con apenas cinco años, construye una carrera diversa que poco después ha encontrado en el escenario, la docencia y la comunicación sublimes campos de expansión.

Un camino entre ilusiones y esfuerzos

Desde siempre, Mario intuye que la música es su mundo. «Cuando eres joven no eres consciente de la dificultad que eso puede implicar y de algún modo luchas por ello sin plantearte que pueda no ser posible». Una especial motivación se hace presente en él con los primeros reconocimientos alcanzados en concursos y recitales, viniendo a confirmar que su pasión bien podría convertirse en realidad profesional. Su formación, que inicia en el conservatorio conquense, pasa por el Conservatorio Superior de Madrid hasta afianzarse en la Royal Academy of Music de Londres, donde obtiene las más altas calificaciones y el premio al mejor recital de máster.

Las competiciones forman espíritu

Para Mario, los concursos han representado siempre una escuela insuperable. De su primera incursión en este ámbito, realizada a los nueve años, conserva un vívido recuerdo: «Salí al escenario del conservatorio de Cuenca, toqué y, al finalizar, correspondí a los aplausos con una reverencia». Aquella ocasión, galardonada con el primer premio, se transformó en un episodio sorprendente y motivador para sus desafíos venideros. Con el tiempo, ha aprendido que esos momentos enseñan a adaptarse a cualquier circunstancia y a afrontar las derrotas con humildad. Suele destacar que, en su memoria, resuenan con más fuerza los certámenes no ganados —«a menudo los concursos pueden vivirse de manera tóxica, como si no pasar de fase supusiera un fracaso irreparable»— y valora especialmente el apoyo constante de su familia y maestros, quienes le han ayudado siempre a comprender que cada fase constituye una oportunidad única para el crecimiento personal y artístico.

Londres: un mundo nuevo

El paso por Londres durante tres años (2011-2014) marca un antes y un después en su vida. Mario subraya: «Vivir en una ciudad así, en un país como Reino Unido, me abrió la mente respecto a lo que significa la vida musical y profesional». Allí no solo pule técnica; además descubre la importancia del entorno, de la gestión y de la comunicación en la carrera del músico. Con sabia y brillante madurez valora en esos años la convivencia experimentada con referentes musicales de altísimo nivel y la constante autoexigencia que le lleva a triunfar en su final de máster. «Rodearse de ese nivel artístico era un reto y, al mismo tiempo, un estímulo constante».

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Tras su paso por el RCSMM, realiza estudios de Máster en la Royal Academy of Music de Londres.

La voz que acerca la música clásica

Mario encuentra en la comunicación una forma poderosa de extender su entusiasmo. Precisamente es en ella donde encuentra un factor diferencial, una seña de identidad que le marca en relación con sus colegas. Fundador de la emisora Clásica FM, explica: «La idea surgió en mi último año en Londres. Nunca imaginé que iba a cambiar tantas cosas después pero, mirando hacia atrás, veo que tal acontecer siempre estuvo ahí». De hecho, ya de niño le entretenía jugar a imaginar que tenía un programa de radio: elucubraba sobre cómo empezaba, qué decía, qué música sonaba, quiénes eran sus invitados. Cuando todo ello se hace realidad —el primer podcast es lanzado en 2014 con el objetivo de hacer tan solo 10 en total— su experiencia radiofónica, iniciada con el mítico programa El ático, ayuda a partir de entonces a acercar la música clásica a miles de amantes de esta, superando en la actualidad las 2000 producciones, las mismas que vienen a reflejar su empeño por compartir lo que considera «la mejor música del mundo».

Comunicación con propósito

Comunicar representa para Mario «una forma de expresarnos y abrirnos, contar y emocionar». Reconoce que este giro genera dudas en su entorno pues «todavía pesa mucho el modelo de especialización que marcó el siglo XX», centrado en exclusiva en el instrumento, aunque cree que es necesario romper ese paradigma para conectar mejor con el público. De hecho, observa una desconexión tremenda entre la música clásica y la sociedad: «Menos del 5% de la población española asistió a un concierto de clásica en el último año, pese a que más del 70% asegura que le gusta». ¿Su misión? Derribar ese distanciamiento y animar a más personas a disfrutar de música en directo.

Pasión por Brahms

Su relación con Brahms es profunda. «Para mí, Brahms ha sido un ancla y un motor en mi vida musical». En su primer encuentro con su obra, al interpretar el Intermezzo nº 2, Op. 118, experimenta una sensación casi extracorpórea. Desde entonces mantiene esa conexión singular: «Es música que penetra, que respira con uno». Aunque valora la riqueza de otros compositores, sostiene que con el hamburgués siempre encuentra una vibración simultánea a la suya, esa que le acompaña desde hace más de 20 años.

Legado de música y emoción

Mario Mora no es solo un pianista ni exclusivamente un comunicador; es puente vivo entre la pasión artística y la necesidad humana de conectar y emocionarse. A través de sus dedos y su voz no solo interpreta música, además transmite historias, sentimientos y la magia incomparable de la creación clásica. En un mundo donde la cultura a menudo se fragmenta, Mario se erige como ejemplo de cómo la sensibilidad, el esfuerzo y la constancia pueden transformar un sueño personal en un legado que inspire a nuevas generaciones y acerque la música a todos. Su vida es un testimonio de que la música no existe solo para ser escuchada, sino para ser vivida, compartida y sentida… profunda e irreversiblemente.

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Desde 2014, simultanea labores docentes, concertísticas y comunicativas en diversos medios, destacando Clásica FM.

Mario Mora (Cuenca, 1989) es un pianista elogiado por su sensibilidad y expresividad, capaz de emocionar al público en cada concierto. Su talento le ha llevado a recibir elogios de la crítica y a actuar en numerosos escenarios nacionales e internacionales, colaborando regularmente con infinidad de orquestas y grupos de cámara, al tiempo que haber ganado más de 30 premios nacionales e internacionales. Además de su faceta artística, desarrolla una solvente vocación pedagógica, desde 2014, como profesor del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha. Su versatilidad se refleja también en proyectos de comunicación y divulgación musical, donde destaca como cofundador de Clásica FM, sin olvidar su presencia en Onda Madrid, Cadena Ser, Fundación Juan March, etc. La carrera de Mario combina excelencia interpretativa, pasión docente y compromiso con la difusión de la música, sin ceñirse a convencionalismos ni límites de ningún tipo.

LA TRIBUNA DE CUENCA