Palomitas de maíz Canicas Artículos Prensa.

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Desconozco si se sigue cantando aquel son que, sobre la melodía de una canción famosa, decía que las palomitas de maíz las comían los paletos cuando llegaban a Madrid. Mucho ha cambiado todo desde entonces aunque, por lo que a veces percibo, no tanto como piensan algunos responsables de las pequeñas ciudades. La mía, Cuenca, durante años contribuyó muy mucho a que tal sensación de grandeza, procedente de latitudes situadas al noroeste, fuese vista como algo que la engrandecía sacándola del ostracismo que por aquel entonces ya la caracterizaba.
Volvamos a los años 80. Entonces, todo lo granado relacionado con la música en Cuenca —conservatorio, SMR, instituto de música religiosa, encuentros de polifonía, etc.—, y algunas otras cosillas más, estaban bajo el control de una misma persona. Hay que reconocer que López de Osaba, así apellidado, era un buen gestor, pero no tanto como él creía ni tampoco al nivel de lo que le hacían creer sus palmeros, algunos de los cuales seguro que se ponían morados de palomitas en la calle Preciados. Heredó un conservatorio en el que daban clase varios docentes de la ciudad y él, sin titulación musical alguna, decidió que mientras él ocupase ese cargo jamás entraría ningún otro profesor conquense. Eso me dijo personalmente cuando, tras terminar mi primera carrera en 1984, le sugerí que convocase oposiciones para cubrir las vacantes creadas por los mejores. Se negó rotundamente y el presidente de la diputación, en aquel entonces Pedro Saugar, no se atrevió a llevarle la contraria. ¡Sabido era por quienes trataban a López de Osaba cuál era su temperamento! Así, a los de Cuenca no nos quedaba otra que esperar a que un día se marchase el buen hombre. En 1985 el MEC convocó oposiciones nacionales (lo de las comunidades autónomas era entonces casi un rumor). De mi especialidad salieron 35 plazas; se cubrieron 4 y de ellas 2 las aprobamos 2 conquenses, Emilio Echevarría y yo, no obteniendo plaza nadie de Madrid.
En septiembre de ese año López se trajo a Cuenca a más de un profesor madrileño aludiendo a ellos como la reencarnación de Mozart, pudiéndose comprobar que estaban en las listas de suspensos del proceso selectivo celebrado por el MEC. ¿El futuro? Pues ese que pocos ya recuerden. Pero así se las gastaban en mi tierra mostrándose obnubilados algunos convencidos ya entonces de que cuando alguien venía de más allá de Cabrejas era mucho más capaz que si había nacido cerca de Carretería.
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17/02/2025