La memoria de mi amiga Canicas Artículos Prensa

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Mi amiga, que llevaba 25 años opositando —la memoria nunca fue su mejor aliada, aunque la paciencia la tenía a prueba de bombas—, me llamó un día, indignadísima, para decirme que, por fin, había dejado a su pareja, ese tipo con el que había pasado un año de saltos al vacío. Y no por celos, ni por la suegra, ni por dejar la tapa del wáter levantada. La razón era digna de una comedia. Su ya exnovio le había pedido que fuera al juzgado a testificar que el día 7 a las 9 había estado con él. El pequeño detalle era que mi amiga no lo había visto ese día, ni el anterior, ni tampoco el posterior. Pero cuando llevas media vida estudiando temas que no entiendes, y te piden una mentirijilla, a veces accedes a esas peticiones por no complicarte más la existencia y porque, total, ¿qué podría salir mal?
La exmujer de su exnovio lo había denunciado por rayarle su coche y él, con brillantez de guionista de serie Z, inventó una coartada. Mi amiga, que de actriz tenía lo justo para un anuncio de abrigos para gatos, llegó al juzgado con los nervios a flor de piel y, en vez de decir «día 7 a las 9», soltó «día 9 a las 7», con la seguridad de quien recita la tabla de multiplicar del 10. El juez, al que no se le escapaba una, le preguntó si estaba segura y ella, rotunda —¡menuda es ella!—, se reafirmó. El resultado fue inmediato: la coartada se desmoronó, el juez puso cara de justiciero y el coche quedó oficialmente rayado por el acusado. Si la justicia es ciega, ese día tuvo el oído y la memoria de un elefante, porque nadie esperaba semejante giro de guion.
Pero lo mejor vino a la salida del juzgado cuando el novio, viéndose condenado en cuerpo y monedero, le echó en cara su incapacidad para recordar dos números, de una sola cifra y encima en orden creciente, preguntándole cómo pensaba aprobar una oposición si no podía ni con eso. Se lo reprochó en todos los idiomas conocidos, sin pizca de delicadeza, pero, eso sí, quizá con alguna razón. Moraleja: nunca pongas tu futuro judicial en manos de alguien que se lía antes de abrir la boca y encima no es consciente de ello. Y si llevas lustros opositando, quizá sea hora de cambiar de estrategia. O de pareja.
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16/06/2025